El Colectivo Babilonia propone... BABELIA. BABELIA, morada donde la imaginación se atreve. BABELIA, cruce de caminos y opiniones. BABELIA, itinerario abierto, singladura de la memoria. BABELIA, morada del babeliante, del imaginante. BABELIA, puerta de todos los relatos únicos y diversos.
La flecha sibilante de nuestra BABELIA atraviesa una décima dimensión. Babeliantes profanos y paganos: los invitamos nuevamente a conjurar, con las palabras y la música, las formas conocidas de la realidad. Que el arco de este vuelo encuentre su mejor temple a través del mito y tragedia de Antígona.
TEMA CENTRAL: “ANTÍGONA”
CONTENIDOS:
-“Poemas de Flobert Zapata” (Leídos por el autor).
-“Mambembe” -Canción- (Chico Buarque).
-“Poemas de Dominga Palacios” (Homenaje de Juana María Echeverri).
-“Canción de cuna para despertar un negrito” (Nicolás Guillén).
-“Selección de cuentos extraordinarios” (Borges- Bioy Casares)
-“Valsecito” –Canción- (Nacha Guevara).
-Poemas de Oliverio Muñoz (Leídos por el autor)
En la mitología griega, Antígona es hija de Edipo y Yocasta y hermana de Ismene, Eteocles y Polinices. Se sabe que fue uno de los mitos preferidos por los dramaturgos clásicos y que fue abordado en dos obras excepcionales: ‘Los Siete contra Tebas’ de Esquilo y ‘Antígona’ de Sófocles. En ellas se cuenta que el drama personal de Edipo, luego de su destierro, lo continúan sus hijos Eteocles y Polinices, quienes se hacen cargo del trono y prometen alternarse en el poder. El incumplimiento, por parte de Eteocles de lo pactado, no sólo provoca el alzamiento de Polinices contra Tebas sino que conlleva la muerte de los hermanos, la pérdida del trono y la historia singular de ANTÍGONA.
Amor, vida y muerte, heridas fundamentales de la existencia y razones de la literatura, atraen otro amigo de nuestra Babelia. Y es precisamente la muerte con la que se entromete FLOBERT ZAPATA ARIAS. Muerte de la que nos permite escuchar los siguientes trozos.
De ATAÚD TALLADO A MANO :
1
Siempre dormí muy mal. Después de muerto, seguro seguiré durmiendo mal. Seré un mal muerto, seré un muerto cansado. Nada me preocupa de la muerte, excepto esta certeza de que voy a seguir durmiendo mal.
2
INFARTO Nos entregan la muerte a pedacitos. No queda otro camino que recibir la muerte a pedacitos. Pedacitos de hoy en codicia y afanes. Pedacitos de ayer en genes de fatiga y de terror. Mañana en pedacitos siempre azules, con un fondo de piano en primavera. Pedacitos dinámicos: meditas en el fin. Pedacitos estáticos: foto del padre muerto que sonríe. Pedacitos con cáncer. Pedacitos noticias: la muerte de un amigo. Pedacitos ardientes de lujuria o dinero. Pedacitos de amor recubiertos con dulce chocolate, y calaveras dentro, algunos. Pedacitos de gloria con sangre y con heridas o facturas de compra. Nos entregan la muerte a pedacitos y a veces nos la entregan toda junta.
8
Tan cruel la vanidad, tan amarga la envidia. Y mirar lo que somos: huesitos con recuerdos. Huesitos en joyeros de forma tan sencilla, que más tarde serán huesitos sin recuerdos. Que más tarde serán —en documentos fríos— recuerdos sin huesitos. Que luego serán nada. Eso somos no más. Huesitos que serán trasplantados a cajas de madera y luego a cofrecitos de la tierra. Huesitos con memoria. Es toda nuestra esencia, envidia cruel y vanidad amarga.
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Uno aprende a vivir justo cuando no vale ya la pena. Cuando las tripas y la cabeza empiezan a agrietarse y en dolor se resuelven y en sevicia. Y los sueños disputan un hueco en el establo junto al heno podrido y al estiércol. Y el débil apellido no es cantado por una bella chica que se ducha. Y las cartas repiten y repiten lo mismo hasta la nieve. Cuando la infancia es villancico con hongos. Y se maldice mucho y se acepta que el engaño posee su pervertido encanto. Y la dulce mascota lo muerde en una pierna o le orina la ropa. Y la moda es dejar la vida por sorpresas secundarias. Y un obrero martilla sobre un férreo muro, y cefalalgia. Y la última mujer del universo vive enseguida del aeropuerto y ha preferido el cementerio a mi duda. Y son las diez y el ocre de la terca mañana es un insecticida para pulgas. Uno aprende a vivir exactamente dos años después de muerto.
En la tragedia de Sófocles se cuenta que luego de la muerte de Polinices y Eteocles, su tío Creonte se autoproclamó rey de Tebas, declaró traidores a Polinices y a sus seguidores, y prohibió, bajo pena de muerte, darles sepultura. Su sobrina Antígona desafió dicho decreto y salió en la oscuridad de la noche para honrar e incinerar a su hermano. Creonte la sorprendió y la condenó a ser enterrada viva en la tumba de Polinices. Esta tarea se le encomendó a su hijo Hemón, amante de Antígona, quien –en alguna versión antigua- se negó a cumplir la orden y huyó con ella. En la tragedia de Sófocles, cuando el rey Creonte, de mala gana, se disponía a liberar a Antígona, encontró que ésta se había ahorcado. Debido a esto Hemón asesinó a su padre, Creonte, y luego se suicidó a los pies de su amada Antígona.
Por suerte, nuestra Babelia literaria ha encontrado en JUANA MARÍA ECHEVERRI, no sólo la voz sino, especialmente, la emoción necesaria para acceder a los universos femeninos de la poesía. Hoy, nuestra amiga JUANITA, nos presenta una poetisa de nuestros lares: EMMA GUTIERREZ o más hondamente: DOMINGA PALACIOS.
Homenaje sencillo pero sentido a la poeta de nuestra tierra, DOMINGA PALACIOS.
Se sumió en un silencio definitivamente azul Después de vestirse con muchas palabras y olvidos y flores Se sumió en un silencio definitivamente azul.
Algunos poemas de DOMINGA:
Hace frío y no tengo ganas de hablar conmigo. La lluvia que cae en el río me apresa los sentidos. Corre, corre, y el pulso se suspende lento A escuchar el oscuro sonido de la sombra. Aquí puedo mirar el hueco del vacío, Lamer el agua suavemente, Detenerme en el tiempo Aquí.
.......
Puedo vivir en mí Desde la punta de mi pelo negro Hasta el negro charol de mis zapatos. Puedo hundirme en mi ser. Puedo habitarme y abrirme y florecer Hasta saciarme de mi conocimiento, De mi angustia, De mi tristeza errante. Puedo andar siempre sola Hasta dejar mí sombra en cualquier parte. Puedo, si lo preciso, hasta dejar de amarte. Si he de pensar en ti para poder hallarme Quiere decir que tres cuartos de mi vida Se han muerto en este instante.
RESACA
Encuéntrame la historia de una muerte que sea bella. Que sea para mí, Que sea mí muerte. Únicamente mía, Doblemente mía, Yo y mi muerte. No me hables con palabras conocidas. Muda es la cal, la tierra y la llovizna. Corazón imantado, Dilúyeme la voz que me agoniza sin brújula ni lastre. Ponme de pies o de espaldas con los ojos al cielo O sin estrellas. Antes o ya de metro a metro con mi sombra querida Cubierta por el blanco redondo y pavoroso de tu vida
AZUL DEFINITIVO
Para un día de campo es preciso llevar el alma puesta Y responder por ella a la hora del crepúsculo. Con las hojas de los árboles me salen canas Y es ya poco el tiempo que me queda para pintarme El cabello de verde.
Yo soy una persona casi asiática Y la vida me corre casi fatal Y casi simultánea. Avisa corazón al detenerte. Saca tu acento por la ventana de mis ojos. No suspendas el tráfico de a poco. Fatal sería cualquier vacilación o cualquier suerte. Fatal sería el detenerte de repente, a prisa, Porque podría adrede pararse el pulso del mundo Que en su loco rodar viste el espacio.
Azul, azul de todas las maneras. Azul desierto para los dragones. Azul definitivo.
La figura de Antígona, plena de dramaticidad, ha despertado a través del tiempo el interés no sólo del público, sino de importantes creadores y dramaturgos. Además de la obra teatral de Sófocles, existen las versiones de Hasenclever (1917), Jean Anouilh (1946), Bertold Brecht (en 1947), y Rolf Hochhuth (1963). Son famosas, además, las operas de Traetta, Honegger, Carl Orff y Katzer. Finalmente, el escritor Henry Bauchau hizo una novela en 1997.
Los motivos del son, tan audaces como vibrantes, llevaron a que NICOLÁS GUILLÉN, escritor y poeta cubano, asumiera el reto de escribir desde y hacia las músicas profundas de nuestra América mestiza. Escuchemos, en su propia voz, algunas incitaciones poéticas:
CANCIÓN DE CUNA PARA DESPERTAR A UN NEGRITO
(Nicolás Guillén - Sergio Aschero)
Una paloma cantando pasa: -¡Upa, mi negro, que el sol abrasa! Ya nadie duerme, ni está en su casa; ni el cocodrilo ni la yaguaza, ni la culebra, ni la torcaza...
Coco, cacao, cacho, cachaza, ¡upa, mi negro, que el sol abrasa!
Negrazo, venga con su negraza. ¡Aire con aire, que el sol abrasa! Mire la gente, llamando pasa; gente en la calle, gente en la plaza; ya nadie queda que esté en su casa...
Negrón, negrito, ciruela y pasa, salga y despierte, que el sol abrasa, diga despierto lo que le pasa... ¡Que muera el amo, muera en la brasa! Ya nadie duerme, ni está en su casa. (1958)
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ELEGÍA
Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata de palo. Por el camino de la mar.
Hay que aprender a recordar lo que las nubes no pueden olvidar.
Por el camino de la mar, con el jazmín y con el toro, y con la harina y con el hierro, el negro para fabricar el oro; para llorar en su destierro por el camino de la mar.
¿Cómo vais a olvidar lo que las nubes aún pueden recordar?
Por el camino de la mar, el pergamino de la ley, la vara del malmedir, y el látigo de castigar, y la sífilis del virrey, y la muerte, para dormir sin despertar, por el camino de la mar.
¡Duro recuerdo recordar lo que las nuber no pueden olvidar por el camino de la mar!
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EL NEGRO MAR
La noche morada sueña sobre el mar; la voz de los pescadores mojada en el mar; sale la luna chorreando del mar.
El negro mar.
Por entre la noche un son, desemboca en la bahía; por entre la noche un son.
Los barcos lo ven pasar, por entre la noche un son, encendiendo el agua fría. Por entre la noche un son, por entre la noche un son, por entre la noche un son. . .
El negro mar.
-Ay, mi mulata de oro fino, ay, mi mulata de oro y plata, con su amapola y su azahar, al pie del mar hambriento y masculino, al pie del mar.
Como es usual en nuestra Babelia las voces propias y ajenas le dan inesperados vuelcos y sentidos a este tránsito. JAIRO HERNÁN URIBE M., babeliante guía, se propone enseguida ponernos en contacto con una breve muestra de la cuentística universal.
Del libro “Cuentos breves y extraordinarios”, una antología de BORGES Y BIOY CASARES, los siguientes relatos.
TEMOR DE LA CÓLERA ( Ah’med el Qalyubi - Nanadir)
En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó. Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, respondió: -Me escupió en la cara y temí matarlo estando yo enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.
NOSCE TE IPSUM ( Fergus Nicholson - Antología de espejos-Edimburgo, 1917)
Al Mhadi cercaba con sus hordas a Khartum, defendida por el general Gordon. Hubo enemigos que se pasaron a la ciudad sitiada. Gordon los recibía uno por uno y les indicaba un espejo para que se miraran. Le parecía justo que un hombre conociera su cara antes de morir.
EL CIELO GANADO (Gabriel Cristián Taboada – Buenso Aires, 1972)
El día del Juicio Final, Dios juzga a todos y a cada uno de los hombres. Cuando llama a Manuel Cruz, le dice: -Hombre de poca fe. No creíste en mí. Por eso no entrarás en el paraíso. -Oh señor -contesta Cruz- es verdad que mi fe no ha sido mucha. Nunca he creído en Vos, pero siempre te he imaginado. Tras escucharlo, Dios responde: -Bien, hijo mío, entrarás en el cielo; mas no tendrás nunca la certeza de hallarte en él.
AUREA MEDIOCRITAS (Tallemant Des Réaux – Les Historiettes, XXIX)
Malherbe no estaba muy seguro de que hubiera otra vida, y decía cuando le hablaban del infierno o del paraíso: “He vivido como todos, quiero morir como todos, quiero ir donde van todos”.
DE LA MODERACIÓN EN LOS MILAGROS ( John Wisdom - Multum y Parvo / Philadelphia,1920)
Parece que Bertrand Russell recordaba siempre la anécdota de Anatole France en Lourdes; al ver en la gruta amontonadas muletas y anteojos, France preguntó: -¿Cómo? ¿Y no hay piernas artificiales?
Durante largo tiempo se aceptó y extendió la interpretación de Hegel, quien vio en ANTÍGONA una lucha entre dos legalidades igualmente válidas pero irreductibles entre sí, una lucha heroica entre las normas civiles y las leyes naturales. Decía Hegel que los dioses que veneraba ANTÍGONA eran los dioses oscuros del sentimiento, en rechazo a los dioses claros del pueblo o de la vida del Estado. En contraposición a estas ideas de Hegel, Max Reinhardt, dramaturgo alemán, define ANTÍGONA como el drama de una disidente y a su historia como la colisión de dos voluntades humanas observada y reprimida por los dioses, mas nunca sugerida por ellos.
En nuestro siguiente invitado se cumple aquello de que el oficio de lector, necesaria o justicieramente, lleva implícito el de escritor. OLIVERIO MUÑOZ OCAMPO, babeliante enseñante, nos permite reconocer algunos momentos de su vocación poética.
De EL HACEDOR DE MAPAS:
Los pájaros que regresan del pasado A través de la luz cegadora Llegan formando un río De plumas sangre y lodo. Máscaras de piedra y sombras Que parecen seres vivos Y arrastran notas como quien arrastra cadáveres Después de la guerra. ¿Quién reconocerá el sonido musical Quién el cadáver?
EL MUERTO
Seguiré siendo feto que flota en el fondo del limo Mientras sueña con los gusanos que van creándose en otro mundo Y que consumirán su cuerpo.
Un gorrión habita un vientre de cielos imposibles. Vientres vacíos de sueños y de formas. Antes giraba un feto, Ahora es otra cosa que gira creando cábalas. Abre los ojos y todo está oscuro. Se inunda en las cenizas del origen, Mientras llora por sí mismo
Un niño toca el violín escondido en el sótano. El trino del pájaro da la partitura.
Los niños venden agua en las esquinas, La ofrecen en las cuencas de sus manos Que se escapa en largos hilos, Así como se escapan los años por las barbas de los ancianos
En las tardes los niños hambrientos Iban a preñar atardeceres con sueños y cometas rojas. Pensaban en el alumbramiento de la paz. Mañana vestirán para la guerra Y llevarán fusil al hombro. Habrá sangre en el sudor. Ahora los niños amasan la tierra con su trote marcial, La tierra que su madre humedece con lágrimas. ¿Cuándo regresará el coleccionista de lágrimas?
¿Quién recorrerá el camino que enseña el caleidoscopio Simétrico y colorido como un océano En un tubo conteniendo cosas de luz?
Todo un pueblo se balancea en una lágrima suspendida en la pestaña. No parpadees, por favor, déjame disfrutar de los visos, Pequeños movimientos que produce la brisa.
Por el fondo de tus ojos veo venir caballos negros Que traspasan la verde llanura. Cuando llegan a tus párpados se difuminan en lágrimas Y luego caen en forma de ríos que se hacen con las gotas del rocío.
Salí a oler el viento. Alguien guió mi mano hacia una pared suave Para rozarla con mis dedos. A veces es bueno imaginarse cielos Y el viento que loS cruza Y plagarloS de aves veloces. Imaginar que llevo un globo en la mano. Soltarlo y seguir su trayectoria. Meter el mundo en ese globo, Incluyendo la suave pared que me sostiene. O meterme en él para poder verme Desde todas las alturas posibles Hasta desaparecer en la tierra.