JOSÉ MANUEL DÍEZ
SELECCIÓN DE TEXTOS
(2004—2024)
EL OBJETO Y SU CREACIÓN
Hay un
hombre sentado en esta silla.
Hace ya
mucho tiempo la creó con sus manos.
Pero, ¿le
pertenece?
Él mismo,
con su esfuerzo,
taló el
roble propicio, apuntaló
la
homónima madera,
urdió con
gran pericia la trama de su asiento.
Pero, ¿le
pertenece?
Hay un
hombre sentado en esta silla.
Sobre esta
silla cumple su descanso.
Sobre esta
silla apoya
sus largos
pensamientos. Sobre ella
morirá
cualquier día.
Pero, ¿le
pertenece?
Otro
hombre vendrá a sentarse en la silla.
Del libro “La caja vacía” (Visor Libros, 2006)
Autorretrato con oreja cortada (1889)
EL POETA MUSLIH
SAADI INTERCAMBIA OPINIONES
SOBRE LA
FELICIDAD CON UN GRUPO DE MENDIGOS SUFÍES
SUPERVIVIENTES DE
LA INVASIÓN MONGOL EN PERSIA
(JARDÍN DE BAG-E
FIRUZI. SHIRAZ, 1257)
El hombre
reconoce únicamente su felicidad
en la medida de
la desgracia que haya experimentado.
MUSLIH SAADI
Jamás será
feliz quien no ha llorado,
quien no
ha perdido el mar o acaso un puerto,
quien no
ha tocado un cuerpo despidiéndose,
quien no
ha saboreado la derrota.
Jamás será
feliz quien no ha medido
la luz de
su tristeza
en su
esperanza.
Del libro “Baile de máscaras” (Hiperión, 2013)
La Mousmé (1888)
LA JOVEN ELSA
BROSNAN DEFIENDE SU BELLEZA LEGÍTIMA
FRENTE AL ESPEJO
DE UNA HABITACÓN DE HOTEL
(HILTON GARDEN INN. SAINT PAUL, 1985)
No soy
solo la fea.
También
soy la muchacha de ojos verdes
que recita
a Tagore de memoria
y se
desnuda a solas
frente a
espejos que niegan la belleza legítima.
También
soy la inocente, la que busca
respuesta
en las canciones de Otis Redding,
en el cine
de Chaplin,
en los
largos paseos del brazo de una amiga.
No soy
solo la fea.
También
soy la muchacha imprevisible,
la que,
mientras las otras deliberan
por
tristes pretendientes,
baila con
ademán, desparejada.
De entre
todas, tal vez, soy la más dulce,
la más
encantadora,
la que
besa mejor a sus pocos amantes.
No soy
solo la fea.
También
soy la muchacha diferente,
la que a
todo suspira,
la menos
pudorosa en la alegría,
la que,
mientras las otras se entretienen
con
flores, con viajes o con joyas,
prefiere
optimizar su desventura
de
ensueños improbables
confeccionando
versos, melodías
o postales
anónimas desde Roma o San Gall.
Afortunadamente
no soy solo la fea.
También
soy la muchacha virginal, la agraciada
con el don
de ser libre, libre, libre.
Y tengo la
sonrisa más bella de la Tierra.
Me lo ha
dicho mi padre.
Del libro “Baile de máscaras” (Hiperión, 2013)
LA ELIPSIS
También
soy lo que callo si al callarlo
me oculto
o me libero de mí mismo.
Como en
aquel mal sueño
donde un
niño se inclina sobre el brocal de un pozo
y siente
que lo empujan por la espalda.
Y cae al
fondo y grita en la caída;
y no sabe
nadar y está aterrado;
y llora,
tiembla, pide socorro sin respuesta.
Bracea y
traga agua,
se
desgarra las uñas por asirse a la vida;
y no le
quedan fuerzas, y se hunde.
Y, justo
antes de ahogarse, sobre el círculo
de luz
donde no alcanza,
ve, más
allá del agua, los ojos de su hermano,
que sonríe
en la altura con crueldad, con deleite.
Del miedo
y la traición
igual
hablan los sueños
como calla
la vida.
Y, a
veces, soy el niño que se ahoga.
Y, a
veces, el hermano que lo empuja.
Del libro “Estudio del enigma” (Visor Libros, 2015)
DELICIOSAS IDEAS
Qué
deliciosa idea una muchacha ingrávida, y solsticios de verano en sus hombros, y
una gota minúscula de helado de vainilla en uno de sus muslos, y su risa
alumbrando la plaza hasta que cae la primera hoja del otoño.
Qué
deliciosa idea un pájaro con forma de elefante, y que orejee y barrite como si
no fuera un pájaro, y que nadie ni nada lo sospeche, ni siquiera otros
elefantes, y que un día alce el vuelo y maraville a crédulos e incrédulos.
Qué
deliciosa idea la escalera que solo sirve para ascender, y al poner el segundo
pie en un peldaño superior los peldaños inferiores desaparecen, y la escalera
queda suspendida en el aire, firme hacia las alturas.
Qué deliciosa idea que todas las ideas deliciosas se terminen por hacer realidad. Al menos en un poema, al menos en una canción.
Del
discolibro “La Semilla” (2016)
PEQUEÑA RESEÑA DE AUTOR
José Manuel Díez (Zafra,
1978)
Poeta, narrador y músico. Autor de La caja vacía (Visor Libros), Estudio del enigma (Visor Libros), El país de los imbéciles (Ediciones Hiperión) y Baile de máscaras (Ediciones Hiperión), elegido mejor libro de poesía del año 2013 en España por los lectores del Diario El País, y el libro de aforismos Setecientos caballos desbocados (Arscesis, 2019), escrito a lo largo de dos décadas.
Ganador de los premios Luis Rosales (Madrid, 2004), Vicente Aleixandre (Madrid, 2005), Cáceres Patrimonio de la Humanidad (Cáceres, 2006), La voz + Joven (Madrid, 2008), Hiperión (Madrid, 2013), Ciudad de Burgos (Burgos, 2014) y Ciudad de Jaén (Jaén, 2017), entre otros. Ha participado, representado a la poesía española, en festivales de Venezuela, Colombia, Países Bajos, Portugal y Bolivia, así como en algunos de los principales festivales poéticos de España, siendo incluido en numerosas antologías y libros colectivos.
Como músico fue líder y autor principal del grupo El Desván del Duende durante más de una década, publicando tres discos y produciendo el documental Di que sí, que puso música a la Selección Española Paralímpica en las olimpiadas de Londres 2012. Desde 2014 encabeza el proyecto musical Duende Josele, del que ha publicado dos discolibros: La Semilla (2016), Desnudos integrales (2019) y Versos con lengua (2022), con la colaboración de artistas como José Mercé, Luis Eduardo Aute, Coque Malla, Luis Pastor, el rapero Sharif o el poeta Benjamín Prado.
Cultiva también el relato corto y el artículo de opinión, y colabora habitualmente con distintos medios de prensa, radio y televisión. Algunos de sus poemas y artículos han sido traducidos al inglés, portugués y chino.
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