jueves, 4 de abril de 2019

ADENDA 2


CARLOS MARIO URIBE ÁLVAREZ


EL PEZ ROJO  
(Editorial La Nave de Papel, 2019)


POEMAS







(rincones donde los espejos hablan con el sol)

Líquida eres entre las crestas de la construcción,
esparcida como ácido, adquieres pátina de mensaje
iluminado,
vuelves los avenidas atajo de gatos, navíos y neutrinos,
regresas revoltijo de arbustos y tierra, manos y
Tango Feroz,
destrozando el tiempo como una niña.
Desnuda eres como una nube, y desde tu estatura
me miras.
Tibia Salamandra anidas el rincón donde los espejos
hablan con el sol
y el agua secreta de tu silencio danza con los miste­rios más simples.
Agua temporal convertida en felinos ecos,
almanaque estanco a un equinoccio telúrico y poético,
día que no quiere acabar, mes que no cambia,
porque lo soñaste así, entre la danza
de tu cuerpo y el mío.




(Corredor Polaco)

Puñal de celeste cemento
guardado por ángeles de piedra y santos con todos
los nombres.
Puñal ignorado por los siglos,
arroja su lágrima no de sangre, no de tiempo.
Puñal enterrado por el miedo en la piel más
profunda de la casta,
acariciado por el fuego y la niebla, y horadado por
el pico de las palomas.
Puñal de la moral cristiana,
tonada horaria del Ave María, profundizando
sueño y suplicio.
Mirad hacía abajo mujeres y hombres:
aquellos que deambulan la eterna carrera 23 no
son palomas,
no son fantasmas en la niebla,
son lágrimas desaladas y sin sal llorando su danza.
Al fin alguien mira desde la altura…
¡milagros de la poesía para salvarnos!






 (Guacamaya / Martín Rodas / 2019)


(en éstas letras vivo)

Mis nudillos están cicatrizados,
borradas las líneas de mis manos.
Los caminos han sido recorridos,
perdidas quedan las bitácoras.
Portones en la roca y el río,
en los árboles y en la ceniza de la noche.
Aduanas y aldabas y fallebas y trancas y llaves y
circuitos,
abiertos y vueltos a cerrar en busca de un rincón,
ciegos a mansalva de las negociaciones del cuerpo.
Tanta letra, tanto odio, tanta ala, tanta piedrecilla
ignorada,
perdiendo el todo por la nada de un descanso bajo
mi nuca.
Y el instante y la palabra más sencilla:
la de la abuela y el padre,
descansando bajo mi lengua, tan cerca,
junto a mi pecho, tan digna,
son la casa de mi paz que surge ahora que esto
escribo
en la fundación de todos mis descansos…
¡En éstas letras vivo!



(certificado de humanidad)


En la altura más bella de la ciudad alta
entre los ramajes de un árbol anciano,
atado a la tierra sobre el abismo,
me contaste tu historia.
La tierra me decía que era cierta
me decías que la hacía cierta que tú me la contaras,
que tenías un pergamino de humanidad
que certificaba tu paso por el mundo.
No creo que lo merezca
pero siempre te he pedí uno de esos.







(dibujos prometidos)

Mis primeros y últimos sueños
son vuelo frenético sobre abismos de mi país
personal.
Sé que sueño y que vuelo, sé que te lo relato,
sé que no te volverás a repetir.
Por eso te dibujo en mi pared oscura
apenas iluminada por la niebla.
Tu recuerdo, tu paseo transversal por mi vida
es ahora amores, canciones, memorias y rasguños.
Si te puedo volver a encontrar,
si te veo… me equivocaría otra vez.



(terremotos en los zapatos)

Subir la alta ciudad era remontar sobre un barco
agitado
cuyo mar era una noche con las manos atadas,
era soportar terremotos que sólo nosotros
percibíamos,
entre muchedumbres embadurnadas por soledad y
miedo.
El espejo de mis ojos no reflejaba tu imagen ni el
tuyo la mía.
“¿Qué pasará cuando los espejos no reflejen nuestra imagen?”
nos habíamos preguntado:
despertaremos te dije.
Te digo.



 (Pájaro / Martín Rodas / 2019)


(alta traición)

Era alta, era muy alta la montaña
donde pastoreamos estrellas,
era honda, muy honda la tierra
donde raíces de árboles eternos
abrevaban el sudor de nuestra piel.
Pero la sangre se tornó helio
y las alturas nos mareaban.
El plano cartesiano volvió a nuestras manos
que dejaron de trenzar magias con las curvas
del camino.
Mateo que era un te amo
volvió a ser un nombre gris, un evangelio.
Los encuentros en Manhattan, Suiza,
Chipre, Bávara y Sorrento
son ahora una colección de países soñados.
Y las tortugas (Casiopea en tu baño)
ya andaban con codicia de cronómetro.
Un cruce de caminos fue indicio
de las despedidas por venir.



(lluvias como balas)

Hubo un tiempo en que no existió el miedo,
era bello correr entre las balas
y las heridas se abrían cual bocas y besos
y los misterios más finos se apresuraban
a ser nuestros amigos.
Pero el universo nos pasó su factura
su impagable letra que cambio por un jaque
o por otro equinoccio.
Mis amigos y mis canciones gritaban
y sacudían mis ropajes para que despertara
(pero ya lo sabía)
y prolongué el suplicio cosiéndome
los párpados al sueño
con anzuelos tomados de la infancia.
Ya saben ustedes el nombre de ese sueño.







(tan sin fin…)

Veíamos pájaros en las piedras,
acertijos en las nubes,
tortugas que giraban hacía agujeros negros.
Pero como decía antes o después, ya no sé,
empezó a faltar el aire y la cordura,
se tornaron petróleo el vino y caos las palabras,
Tiranos Melancólicos suplantaron nuestras sombras.
Tal vez fue mi ángel o el tuyo
tal vez aún debemos sobrevivir
a estas noches y a estos días,
tan irrecuperables,
tan hermosos,
tan sin fin…




(faltaba un río, se ahogaba un pez)

Faltaba un río para el Pez Rojo
que nació del frío.
Un río cálido, un olvido total de la palabra,
unas aguas que navegar hacía la huída,
un fluido de nubes enclaustradas, un delirio.
Faltaba un tiempo donde colgar la muerte
un árbol con raíces de coral, un libro eterno.
Todos los tiempos son río y viceversa,
por este fluyen una nave de papel y una botella
con mercurio como mensaje entre las venas.
Ve pues, navega,
sé feliz en sus aguas,
no regreses,
sé feliz.




SOBRE EL AUTOR:






CARLOS MARIO URIBE ÁLVAREZ

Poeta. Es Director de la Fundación Cultural "La nave de papel" y fundador-promotor de la ‘Semana Mundial de la poesía’, el 'Salón Nacional de Poesía Visual' y la 'Feria del Libro y las Letras' en Manizales.

Ha publicado: Final del viaje (1999), Derivas del cuerpo (2016) y El pez Rojo (2018).

Entre sus distinciones se encuentran: Premio Internacional: La Memoria de nuestros pueblos: homenaje a los poetas de la calle” (2014). Premio Nacional de Poesía “Carlos Héctor Trejos” (Riosucio, 2003). Finalista IV Concurso Ángel Ganivet (Países Bajos, 2010). Premio Departamental de Poesía Cámara de Comercio (Manizales, 1999). Finalista Premio Casa de Poesía “Fernando Mejía Mejía” (Manizales, 1991).