viernes, 2 de marzo de 2012

PASAJERO 3



Si a la humanidad de una historia simple, de un personaje malicioso y bueno, le agregamos la calidad estética de los hechos que la construyen, y le sumamos la magia del acento Caribe, tenemos como resultado “El flecha” y DAVID SÁNCHEZ JULIAO.


EL FLECHA –Fragmento-

Pero viejo Deivid, vea le digo, yo andaba así desorientado, porque yo lo que quería ser era boxeador, la madre. ¡Jueputa profesión pa gustarme, no joda, más que la comía! Desde que viví en el barriecito ese onde toavia vivo…el Kenider…Kenider, el barrio más bacano de Lorica, porque es el único con nombre de president top de yunaiestei of América. Bueno, desde que viví ahí, en ese barrio, en donde a uno como negro no le queda otra alternativa que el rin y la fama, marica. Sí, porque las demás profesiones, usted lo sabe viejo Deivinson, son oficios pa' blancos, cuadro, la madre. Bueno a no ser que usted, no joda, como negro, se meta a uno de esos oficios en los que hay que rebuscarse como acompañao de la medallita de la Santísima Trinidad, tres personas divinas y un solo Dios verdadero, sabe como'e. Sí, sí, se lo digo en serio. Porque yo no sé en este país, cómo un carajo, de carpintero, latonero, albañil, arreador de agua, embolador, vendedor de Malboro, minorista de Kent, carretillero, arriabultos, portero de cabaret, picolero, cabrón de puta vieja, ayudante de bu', fabricador de jaula, vendedor de raspao, chacero, escritor(no se empute viejo Deivinson), administrador de un agáchate, mandadero, vendedor de maní, acordeonero, serenatero, fotógrafo de bautismo, consolador de legendarias, sacristán, voceador e periódico, vendedor de tinto, llantero, mecánico o empalmador, puede vivir. No lo entiendo, sabe. Lo que gana uno en esos oficios, viejo Deivinson, usted lo sabe, mierda, no da, no joda, ni pa' entretener el estómago pue. Y eso que el estómago es un pelao chiquito, ah, tú lo engañas y vaina con una colombina, un chupetín y hasta el día siguiente y chao. Ahí, en el Kenider…Kenider, vivía yo con mi vieja. Y ella, mi vieja, sabe de que vivía, de lavarle a los blancos, marica. De ahí, de los calzoncillos sucios de los mandamás de Lorica, salió mi primer par de guante, joda que ironía, ah. Y con todo eso hay unos cabrones que dicen que el boxeo es una profesión digna… ¡Mandan guevo, no joda! Pero la vieja mía, sabe viejo Deivid, era profesional de dos vainas: profesional de lavado y profesional de lengua, óigase bien, de lengua. Yo creo que la profesión mía de boxeador nació de ve peliar a mi mamá con la vecina, la madre. Mierda, yo creo que el día que la vieja mía se muera, el gasto del entierro va a ser doble, si mano: un ataúd talla midium para ella y su cuerpo, y otro quin saiz pa' la lengua. ¡jueputa vieja pa gustarle la pelea, no joda…!


ESCUCHE A DAVID: