El historiador mexicano José Luis Rojas, advierte del error histórico de haber considerado a Los Aztecas como un pueblo sanguinario. Se ha podido establecer en los últimos años, que los sacrificios (de humanos y animales) eran parte integrante de la mitología azteca. La ofrenda de sangre tenía como sagrada finalidad la alimentación de las deidades solares a fin de prevenir una catástrofe y asegurar la permanencia de la vida (humana, animal y vegetal) sobre la Tierra. Hoy, pues, sabemos que los Aztecas o Mexicas, fueron un pueblo religioso y avanzado, capaz de amalgamar influencias diversas para crear una cultura propia. Cortés no sometió a unos bárbaros, como se cree. Y es necesario cuestionarnos cuál de las dos civilizaciones -que se encontraron entonces- estaba más avanzada.
