PERSEO, luego de matar a la Medusa, huyó por los aires con la cabeza del monstruo oculta dentro de un zurrón que le habían obsequiado las Náyades. En la Mauritania, donde se detuvo para descansar, se encontró con un terrible gigante llamado Atlas. Al ser rechazado por éste, PERSEO respondió enseñándole la cabeza de Medusa y transformándolo en montaña. Al pasar por Etiopía, conoció a Andrómeda, hija de Cefeo y Casiopea, joven virgen que había sido ofrecida como víctima ritual a un monstruo marino. En singular combate PERSEO mata al monstruo, se casa con la muchacha y hereda el reino.