EURÍDICE
Por: JUANA MARÍA ECHEVERRI E.
En la mitología griega, las ninfas eran
espíritus femeninos de la naturaleza, personificaciones de la creatividad, a
veces unidas a lugares u orografías particulares. Las ninfas solían acompañar a
varios dioses o diosas. Vivían en las montañas y arboledas, manantiales, ríos,
valles o frías grutas. EURÍDICE era una de estas ninfas. Era, además, esposa de
Orfeo: poeta y músico divino. Un día cualquiera, EURÍDICE caminaba en uno de
sus paseos por un prado de Tracia y fue vista, según Virgilio, por Aristeo quien prendado inmediatamente de ella la persigue para hacerla suya. En su
huida EURÍDICE es mordida por una serpiente y muere. Orfeo la llora, la canta,
y su desesperación no encuentra consuelo. Entonces toma la arriesgada decisión
de descender hasta el Hades, tierra de los muertos, en busca de su compañera.
Caronte, por ello, acepta la petición de Orfeo de atravesar la Estigia, río
límite entre el mundo de los vivos y los muertos, para encontrar a su amada.
Después, Orfeo logra convencer a Perséfone y a Hades para que le permitan
llevarse a Eurídice hasta el mundo del sol. Las divinidades subterráneas
aceptan que se la lleve; pero Orfeo debe prometer que no intentará ver a su
esposa hasta que haya atravesado las tinieblas y vea la transparencia de la luz.
Entonces, según lo convenido, EURÍDICE seguía a Orfeo en el camino de ascenso y, en el momento en que estaban a punto de abandonar las oscuras profundidades,
Orfeo tuvo dudas, por lo que no pudo soportar la tentación y se volvió para
mirarla y corroborar que ella venía. Cuando esto ocurrió EURÍDICE fue
arrastrada por una fuerza irresistible otra vez hacia el Hades. Orfeo,
desesperado, intentó ir de nuevo a rescatar a Eurídice, pero esta vez Caronte
no se lo permitió. Orfeo regresó a la tierra solo y desamparado y mantuvo
fidelidad a su esposa hasta la muerte.