sábado, 21 de marzo de 2015

PASAJERO - 2

JUAN GUSTAVO COBO BORDA




JUAN GUSTAVO COBO BORDA es, además de ensayista y poeta, una voz que campea entre las percepciones críticas y estéticas. Un día del año 2003 lo encontramos aquí en Manizales, y nos hizo algunas reflexiones sobre los poetas de provincia.




Muchos de los poetas que viven en Bogotá son poetas, a veces, en una buena mayoría, provincianos. De mis amigos de mi generación, por ejemplo, que se llamaba como la “Generación sin nombre”, uno era Álvaro Miranda que provenía de Santa Marta. Otro, David Gómez, era de Cúcuta. Dos antioqueños, Darío Jaramillo Agudelo y Ángel Restrepo. Augusto Pinilla era también de Santander, de Bucaramanga. pero lo que sucede un poco es que al llegar a Bogotá, al estudiar en Bogotá, no sé si su poesía se transformó. Pero, digamos, los elementos que eran provincianos en ellos entraron como dentro de un marco de lecturas, de diálogo con otras figuras, de confrontación quizá más intensa. Y a veces lo que se dice… Lo que yo veo a veces en la poesía de provincia, que es un rótulo que en muchos casos… Fíjese, por ejemplo, uno de los grandes poetas chilenos es Jorge Teillier. Jorge Teillier siempre reivindicó un poco su carácter de poeta provinciano. Él hablaba de los poetas ‘láricos’, es decir, el poeta del lar, de la tierra, de su lugar. Y su poesía estaba hecha de nostalgias sobre cantantes de jazz, sobre boxeadores, como si en la provincia hubiera más posibilidad de decantación de las cosas, ¿no?, como una lentitud contemplativa más larga. Lo que sí tiene a veces la provincia es que tiene un elemento, digamos, tristemente letal. Porque el poeta a veces carece de medios de difusión, a veces se queda, digamos, encerrado en estrecheces, en minucias parroquiales. A veces se amarga, se merma, se agota, no recibe un reconocimiento. Pero en cambio en la ciudad lo que puede recibir es la más grande indiferencia, ¿no?, las más grande despersonalización. Nadie le para bolas… Entonces hay pros y contras que tienen mucho que ver con algo que a mí me parece que… Que es una expresión que se usaba, pues, desde la época griega. Que es que destino es carácter. Entonces, si una persona tiene un ego tan sólido, tan fuerte como García Márquez, que es el provinciano por excelencia, pues puede llegar tranquilamente a cualquier parte del mundo y al mismo tiempo no preocuparle eso, sino estar solitario en su cuarto ya sea en México o en Cuba o en Barcelona o en París, porque está con su provincia en la cabeza.

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