Por: José Luis Garcés González (*)
“…lo que más sé, a la
larga, acerca de la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al
fútbol…” Albert Camus
Esta es otra época. Esta es otra gente. Estos son
otros valores. Mira cómo van tatuados, como si no se pertenecieran a ellos
mismos o quisieran ocultar su verdadera piel o desearan utilizar una máscara.
Les gusta otra música. La mentalidad de ustedes ya es un anacronismo, ya está
out celebrar los éxitos con sonrisas, pitos, aplausos, o una cerveza casera.
Ahora hay que destruir para poder festejar. Esas podrían ser varias de las
respuestas inmediatas de algún comentarista llano de los hechos violentos
acaecidos por las victorias futbolísticas. Y entonces nos damos cuenta de que
si esa contestación es cierta, nosotros, los que creemos que el fútbol no
amerita siquiera una herida o el despilfarro de un bien o de una vida, estamos
desenfocados o perdidos en los vericuetos de una generación que, pese a sus
posibles méritos, ya pasó. Y que la presencia de los violentos en las calles
encaja a la perfección con los tiempos actuales y con la ya anunciada aparición
de los bárbaros.
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(*):Catedrático de la Universidad de Córdoba. Coordinador del Grupo Cultural
‘El Túnel’ de Montería. Su novela más reciente es ‘Fuga de caballos’.
Email: jlgarces2@yahoo.es.