jueves, 20 de agosto de 2015

PASAJERA - 1


YOLANDA ARIAS 




Actriz experimentada, coreógrafa y bailarina, YOLANDA ARIAS ha hecho de las artes escénicas su vocación esencial. En su encuentro con BABELIA nos entrega algunas reflexiones sobre el espacio teatral.

ESPACIO Y MENSAJE TEATRAL




El espacio en teatro es un espacio ritual. Este espacio existe antes del acontecimiento escénico. Cualquier espacio puede convertirse en espacio teatral: puede ser un parque, una tienda, unas escaleras, un hospital; pero se ritualiza cuando aparecen unos personajes, y empiezan a habitar un espacio como si fuera un espacio especial. Una cancha de baloncesto se vuelve espacio ritual cuando como, en las clases que se dan, se llega a ellas cargando de sentido cada acto, cada acción que en ella se realice. 
El sentir y apropiarse de ese espacio ritual lleva tiempo y se tiene que hacer colectivamente. Se crean códigos como signos de entendimiento, aparece el acontecimiento teatral con muchos signos y se entra en un diálogo con el público, porque entiende y se hace partícipe de lo que el grupo cuenta y ejecuta. Si el grupo está interiormente conectado, si tiene lo que se llama 'verdad escénica', el público será partícipe activo del hecho teatral. Si se logra esto, se trabaja sobre el poder crear asombro con el público. 
Para iniciarse el rito debe haber un inicio, crear una actitud activa y expectante en el público. Con sonidos, palabras u otros signos, debe darse a entender que el rito se inicia. Sigue el desarrollo del ritual en el que debe haber un contacto con el espacio vivo, para ir mostrando una puesta con personajes en situaciones concretas. El rito dota a las cosas de significados más profundos que como los vemos en el día a día. 
El espacio escénico es, entonces, la totalidad del espacio y lugar en el que se desarrolla el trabajo teatral. Comprende un núcleo: lugar donde se inicia la acción; y la periferia: es el lugar donde se inicia el circuito de retorno del espectador. 
El director debe indagar todo el espacio escénico, y en ese universo el actor buscará su propia ubicación. El actor busca equilibrio en el espacio, y luego dosifica su energía. El director, pendiente de sus cambios, ha de imaginar la propuesta espacial del actor, con la que la obra generalmente necesita desarrollarse. Cada desplazamiento, con su sentido, todo lo que hace un actor en el escenario, debe provocar una reacción del público. Se crean atmósferas en ese espacio. Se trata de hacer sentir a quien esté en platea en el mismo rito. Nadie está solo; en el teatro hay una relación dual entre lo que sucede en el espacio total y en el escenario.

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