jueves, 20 de agosto de 2015

PASAJERA - 3


JUANA MARÍA ECHEVERRI





La prosodia de nuestra BABELIA múltiple carecería de un misterio sustancial, sin el acento de JUANA MARÍA ECHEVERRI, poetisa, presentadora. En la afirmación de un destino y un territorio propios, nos declara, solo para nuestros oídos su:


 LÍNEA DE LA VIDENTE  



Alumbrada u oscurecida, según el temple de su insomnio,
de cara al sueño, bebe su café.
Oscura flor que la abre como al ojo la luz.
Habrá otras horas para la razón.
Solo la vidente repliega en abanicos
los múltiples sesgos hasta lo unánime de una visión.
Apaga las velas: parece no ver.
Incendia las pupilas con sus dedos fósforos,
se encandila y son otras las visiones.
Eco de figuras, colores no dichos,
raras intervenciones del olvido.
los párpados cosidos a las cejas.
La línea que la conduce parece equívoca.
Pero ella llega.

Su vocación: validar desde la distancia imágenes incandescentes.

Al bajar sube. 
Ilusorio es su territorio y falso el objeto de su búsqueda.
No importa, siempre es otra la realidad.
Se aleja un poco de la línea,
extravía en los días muertos su temor.
Pero se encuentra, al rozar el después, ahora.

Se atreve a nombrarse.
Nombre adentro se pronuncia.
es decir, se balbucea.
Nombre afuera da con su cuerpo,
cuerpo prisma sin más pretensión que refractarse
de luna en luna.

Y no halla la noche bajo el sordo reflejo.
Se confunde la vidente en su cometido,
pues la noche la tiene adentro,
boca adentro, fosa adentro, oído adentro.
Bracea al sumergirse en sus aguas.
Parece hundirse en su Leteo.
Se salva de eso que presiente ser.
Pero aún no ha asumido.

Cree en la sombra como en una extensión de su cuerpo.
Después de ella está, atrás, lo que da lumbre.
Es una sola o ¿son dos?

Como también parece tragar eclipses
bucea en sus zonas de sombra
bajo telepatías atemporales de lucidez.

Clarividente o no, la línea termina bifurcándose
entre el ser y el deber ser,
en colores desvanecidos hasta la transparencia.


ESCUCHEMOS A JUANITA: