lunes, 22 de diciembre de 2014

ANTOLOGÍA DE POESIA






POR MAYO
León Darío Gil R.

Por mayo puede pasar cualquier cosa
Se saluda y conversa la gente
Crecen las uñas, se caen las verdades
No dejan de abrir las iglesias
De decir su silencio las piedras
Las copas, pródigas, de ofrecer su destino
Las esquinas el suyo
Los de ellos los asientos
Por mayo o por febrero o por octubre
Algo volará por el cielo, alguien cerrará una puerta
Caminará por la tierra, nadará por el mar
Un minucioso dejará las cosas así
Nada ni nadie le podrá mitigar
Aquella desolación a Toño Arango
Esa orfandad a Genoveva Gil
Aquel quebranto, sin orillas, al tío Gabriel
Brindo por mayo, por su escueta ortografía de niño de primaria
Por sus días venideros y pasados
Por sus atardeceres, anocheceres, amaneceres
Por los siglos y siglos, los rayos, las tempestades, los terremotos
Las guerras, los malos de malas intenciones que le tocará ver
Por la loca que en cualquiera de sus jueves
Se ve por las Galerías diciéndole pestes a los postes
Bananina no quería usar la muerte, pero ella lo usó, por mayo, al pie de la letra
En cualquier mes como por mayo hay garrapateros en los caminos
Golondrinas en los aleros, palomas en las cocorotas de las estatuas
Matas en los materos, mujeres en toda parte
Hombres por todo lado, ríos llegando al mar, en fin
Murciélagos, sentencias, limones en los limoneros
Charcas en la noche y sapos en las charcas de la noche
Por último, en 1981
Por mayo, un domingo, nos bajamos en Chocontá
Acosados por unas ganas enormes
Qué mayo, qué domingo, qué Chocontá
Qué acosados, qué ganas, qué enormes



GEOGRAFÍA
Julio César Correa D.

Tallo y peciolo se juntan
para sostener el día
en sus bordes
más redondos
Hojas lanceoladas
verdes
huyendo hacia
la magnífica hora
en que mis manos
descubren el bosque
en la tersa
geografía de tu cuerpo


QUE DIGAN ALGO
Carlos Mario Uribe A.

Después de haber dado la vida por ellas
de haber doblado la rodilla en el mapa del mundo
luego de malgastar mi sangre a su favor
por ellas…
Se dignen servir de algo
ahora que soy yo, ahora que es mi cuerpo
mi muerte llevándome en volandas
atravesando como relámpago los almanaques…
Que por lo menos digan algo
a alguien
mis palabras.


EL ADIÓS
León Gil

Espanta con un llanto de amor
a mis sicarios
CÉSAR VALLEJO

Desde la puerta
se despide
(una vez más)
En la acera
se bebe de un vistazo
la espléndida mañana
-El sol
brilla
con todo su descaro-
En la esquina
lo esperan
los hijos de Caín
bajo el canto enfurecido de los pájaros


MONTEMADRE
Juana María Echeverri E.

II
Místicas en grisáceos arrobadas por laderas que preceden la noche nos reciben
Mujer Elemental
desde el anochecer
llega
lenta
su travesía
aire a ojo la tierra
garra a garra la vida
mansa presencia
la espera
entre los pasos y la piedra
un traspié
entre la sed y el agua
el ahogo
Arrastramos como hormigas un ápice de luz


AREIA
Martín Rodas

Tu deber ancestral
inmemorial,
lijar
la piel del gringo
cansado de sí mismo,
las huellas del pez
moribundo,
la piel de la concha
reblandecida
e morta,
tu alma
deambulante
y efímera.